Pero sin duda el plato fuerte del viaje ha sido poder comer en Saf, un restaurante vegano y casi crudívoro (con cócteles orgánicos! yo es que alucino...) que me dejó patidifusa y que (todo hay que decirlo) dejó encantado a mi acompañante carnívoro.
Para empezar pedimos una tabla con varios entrantes crudívoros (Raw Tasting Plate: flax seed crackers, quenelle of tomato and olive boursin cheese, betroot ravioli, maki,olives and nuts).
La especialidad de Saf son los quesos vegetales que elaboran en su mayoría con piñones, anacardos y hierbas o especias.
Mi acompañante disfrutó del risotto (dijo que era el mejor risotto que había tomado en mucho tiempo -wild mushrooms, cashew cream,spring onions, parsley, fried caper berries and truffle oil) y yo elegí una especie de plato combinado numero cinco estilo oriental con mucho de todo (teriyaki glazed smoked tofu, organic jasmine rice cake, wok fried greens, kimchee, kimpura and sambal). De poste tarta de chocolate con helado de chocolate, aquí arriesgamos poco.
Altamente recomendable, pero hay que romper la hucha para disfrutarlo. Con un poco de suerte en la lotería podré pagar yo esta cena algún día, queridxs.
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